domingo, 23 de junio de 2019

Kwame Nkrumah (Ghana) 1909-1972


El líder africano visita a fines de 1960 al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en el hotel Theresa de Harlem, donde se alojaba el entonces Primer Ministro de Cuba para participar por primera vez en la Asamblea General de ONU y allí juntos conversaron sobre la creación, un año después, del Movimiento de Países No Alineados en Belgrado, Yugoslavia.

El pensamiento antiimperialista en África (*)
Nkrumah, el socialismo y el gobierno continental para África

Por Ernesto Wong Maestre (**)

El pensamiento antimperialista africano, en sus expresiones más integrales, es decir, donde se vincula estrecha y consecuentemente la teoría y la práctica, tiene sus manifestaciones más legítimas en el legado teórico y en los resultados sociales alcanzados por los líderes africanos Gamal Abdel Nasser en Egipto, Patricio Lumumba en el Congo (L), Kwame Nkrumah en Ghana, Amilcar Cabral en Guinea Bissau y Cabo Verde, Sekour Touré en Guinea, Modibo Keita en Mali, Samora Machel en Mozambique, Tomás Sankara en Burkina Faso, Marien Ngouabi en el Congo (B), y Agosthino Neto en Angola, entre otros próceres africanos muertos en el siglo XX.

Con ritmos y alcances diferentes, o con poderes y limitaciones diversas, estos líderes comprendieron el estrecho vínculo e interdependencia entre libertad, independencia y dignidad para lograr el desarrollo de sus naciones, todas ellas multiétnicas e integradas aún al sistema de dominación imperialista que, por su naturaleza, logra su funcionamiento basándose en profundas y amplias desigualdades, enormes injusticias y grandes desequilibrios entre sus opulentas sociedades capitalistas y las sociedades neocolonizadas tanto de África como de Asia y América Latina.

Entre los líderes africanos del sur del Sahara, es en Nkrumah donde pueden observarse con mayor nitidez esos rasgos característicos más generales del pensamiento antimperialista como son la visión histórico-concreta para estudiar y comprender la realidad, la decisión política de la vía socialista para transformar la realidad y la dialéctica entre el desarrollo social, el Estado y las instituciones, y la estructura económica dominante en la sociedad como generadora de las circunstancias que imponen los límites y los alcances de las decisiones políticas.

OSAGYEFO DE LA UNIDAD ANTIMPERIALISTA

Osagyefo Kwame Nkrumah, primer Presidente de la República de Ghana (1957-1966), fue quien preconizó con mayor ahínco desde 1945 la necesidad de la unidad de todos los pueblos de África y ello le hizo ganar la admiración de millones de africanos en todo el continente, e incluso de investigadores y analistas europeos y de otras latitudes. Alguien ha llegado a afirmar que éste podría considerarse como “el Bolívar africano”.

Es probable encontrar en Nkrumah al líder africano de mayor arraigo popular y multiétnico, al más unitario y a uno de los presidentes africanos más estudioso entre los padres de la independencia africana del siglo XX que aplicaron la teoría socialista para resolver los graves problemas sociales heredados del sistema colonial, enfrentándose a las circunstancias de un entorno complejo, a las fórmulas colono-tribales y a los instrumentos neocolonialistas del imperialismo.

Para su época, el concepto de imperialismo, asumido predominantemente por las fuerzas progresistas del mundo, fue el elaborado por Vladimir Ilich Lenin en su obra “El imperialismo fase superior del capitalismo”, el cual Nkrumah también aplicó en sus obras, documentos partidistas y discursos desde la década de los cuarenta. Por tales razones, desde la temprana independencia de Ghana en 1957, las fuerzas imperialistas europeas y estadounidenses (agencias de gobierno, medios de comunicación y oligarquías subordinadas a las metrópolis coloniales) desencadenaron contra Nkrumah, un intenso plan para asesinarlo, para desestabilizar los proyectos independentistas, hacer fracasar a su gobierno y volver a dominar al pueblo ghanés hasta que en 1966 cuando en un momento clave de su gestión nacional y previo a establecer acuerdos y convenios estratégicos con la República Popular China, fuerzas contrarrevolucionarias internas con apoyo de una contraofensiva mundial imperial dirigida por Estados Unidos y aprovechando la ausencia física de Nkrumah, le dan un golpe de Estado enmascarados en las mismas fórmulas comunicacionales que aún hoy usan los gobiernos imperialistas. A Kwame Nkrumah también podría considerársele el Martí Africano pues además de su semejanza en liderar la batalla por la independencia de su país, tener amplia y variada cultura y conocimientos del mundo, y facilidades comunicativas de hondas raíces sociales, desarrolló como Martí la idea de “el partido para dirigir la lucha” y además conoció de muy cerca a los Estados Unidos. Vivió en ese país por una década, desde 1933, cuando tenía 26 años, luego de graduarse de Maestro en su tierra natal, conocer algunos de los pormenores de las condicionantes políticas de “la trata de esclavos” y de la explotación del africano por el europeo en las minas de oro de la costa ghanesa. Ya a los 34 años había logrado dos Masters en universidades norteamericanas, no sin antes pasar por las humillaciones del racismo y la crisis económica de los años treinta en ese país. Fue allí donde también conoció a dos eternos e influyentes amigos afrodescendientes: William Du Bois y George Padmore, con quienes impulsó los Congresos Panafricanos fuera del África colonizada y donde entró en contacto directo, no sólo con otros jóvenes africanos y asiáticos estudiantes en Europa y EEUU, sino también con los militantes comunistas de la III Internacional quienes, desde 1917, fueron los principales impulsores de la lucha anticolonial y antiimperialista en el mundo.

LA VISION HISTORICO-CONCRETA Y EL ANTIMPERIALISMO EN TORNO A UN EJE LIBERADOR CONTINENTAL

Para Nkrumah, quien comenzó a hacer realidad un sueño en África , similar al de Simón Bolívar, para alcanzar los objetivos que desde muy joven guiaron su vida social y sus luchas revolucionarias, promovió, primero con ideas y después con otros recursos, una vez alcanzada la independencia de su país, la unidad africana y la creación de un Gobierno Continental de África como premisa garante de la consolidación de la independencia y del desarrollo, no sólo de su natal Ghana, sino de cada uno de los pueblos africanos. He aquí un eje o una premisa principal para que Nkrumah asumiera al socialismo como alternativa al capitalismo colonialista. “El siglo XX –decía Nkrumah- se ha convertido en el siglo de la emancipación colonial, el siglo de la revolución que continuará hasta presenciar, por último, la liberación total de África del dominio colonial y de la explotación imperialista” (1)

En torno a ese eje estratégico, Nkrumah continuó desarrollando su pensamiento y acción antiimperialista, en la cual, para el caso de Ghana y de otros pueblos de esa región, identificó a tres segmentos que debían integrarse: el tradicional, el occidental y el islámico. Desde estos propios segmentos le exclamaban y nombraban “osagyefo” (el enviado de los dioses, en la religión tradicional), “líder” (en términos occidentales) o “baraka” (bienaventurado en el Islam). Desde esas grandes concentraciones o reuniones partidistas donde Nkrumah impartía educación política, las voces de sus seguidores se fundían en una sola voz: ¡libertad! ¡hedsole! ¡sawaba! ¡uhuru!.(2). Y a los tes segmentos los incluyó en su concepción de pueblo.

Ya desde aquella histórica declaración del V Congreso Panafricano de Manchester en 1945, Nkwame Nkrumah había mostrado su orientación ideológica antiimperialista cuando convocó a todas las colonias a “liberarse del control imperialista extranjero, ya sea político o económico” (3). Tres años después en su libro “Hacia la Libertad de las Colonias” que constituyó el programa mediante el cual comenzó a ampliar sus fuerzas políticas multiétnicas, Nkrumah demuestra su dominio de los conocimientos del materialismo histórico y dialéctico cuando presenta un análisis de las contradicciones existentes en esa región africana y concluye reconociendo que “en los actuales días, el Africa Occidental representa dentro del desarrollo histórico, el foco de todas estas contradicciones del imperialismo” (4) y al desarrollar las bases teóricas de su programa político, al fundar el Convencion People’s Party (CPP), hace una síntesis de la teoría leninista del Imperialismo de manera que a partir de una visión histórico-concreta de la realidad africana y ghanesa las tareas a cumplir por su movimiento político pudieran tener una potente base ideológica para su cumplimiento oportuno. Tres años después, en 1951, el CPP gana las elecciones en el sistema colonial inglés de administración indirecta, incluso en las zonas donde los jefes tribales de la etnia Ashanti disfrutaban de los privilegios colonialistas de dominación.

EL ANTIMPERIALISMO DE NKRUMAH Y ALGUNOS RASGOS

El pensamiento antimperialista en África surge como necesidad subjetiva de los africanos de enfrentar una realidad objetiva, caracterizada por el dominio colonial de las metrópolis europeas, en función de la explotación imperialista, garantizadora de las materias primas para el desarrollo económico de Europa y de la América anglosajona y del mercado para los productos y excedentes financieros de ese propio desarrollo. Debido a esa imbricación del desarrollo capitalista e imperialista europeo y el subdesarrollo africano, en un consecuente pensador antimperialista como Nkrumah, no puede dejar de surgir en él la idea del instrumento revolucionario que transformara las estructuras deformadas impuestas por el colonizador, y por tanto, de la ininterrumpida y necesaria revolución social. Es a partir de alcanzar la independencia en 1957, consolidar su liderazgo y su incipiente base ideológica de vanguardia y de masas, que comienza la tarea más compleja para Nkrumah: la de construir un nuevo sistema social.

Para Nkrumah, como para muchos otros africanos amantes de la libertad, la independencia verdadera de África estaba estrechamente vinculada a la descolonización, a la revolución social y a la unidad de toda África, tres particularidades del antimperialismo africano, pues bien poco podría lograr un país aislado en medio de un mundo colonizado o neocolonizado. Precisamente, el antinecolonialismo, es un cuarto rasgo del pensamiento antiimperialista africano pues para los países africanos que surgieron como repúblicas independientes, la acción imperialista sobre ellos utilizó nuevos instrumentos de explotación, y de fijación de las deformadas estructuras sociales, los cuales pueden denominarse neocolonialistas, una versión neoliberal de las herramientas imperialistas en los sesenta y los setenta del siglo pasado.

El enfoque antineocolonialista en la acción política de Nkrumah y el reconocimiento de la necesidad de la ininterrumpida revolución social generó una decisión crucial por parte de las fuerzas nacionalistas políticas que en Ghana eligieron a Nkrumah como su Presidente: asumir al socialismo como única alternativa política posible. De manera que el ideal socialista es un quinto rasgo de su pensamiento antiimperialista.

Las razones las proporciona el propio Nkrumah: “Después de la independencia –dice Krumah- cuando me senté junto con mis colegas del partido para estudiar las necesidades más urgentes, esbocé una breve lista: debíamos abolir la pobreza, la ignorancia, el analfabetismo, y mejorar nuestros servicios sanitarios.(…) En nuestras circunstancias, eran tremendos objetivos a largo plazo, que implicaban la supresión de males sociales que han aquejado al mundo desde el comienzo de la historia y que todavía afectan, en diverso grado, a todos los países del globo”(5). “Si queremos cumplir –concluye Nkrumah- el compromiso contraído con el pueblo y llevar a cabo el programa que acabamos e esbozar, el socialismo es nuestra única alternativa, porque este sistema supone la propiedad pública de los medios de producción, la tierra y sus recursos, y la utilización de esos medios para satisfacer las necesidades del pueblo”(6). En el caso de África, como en ninguna otra región del planeta, los supuestos reconocidos por Nkrumah del socialismo se presentan muy coherentemente con las tradiciones étnicas y la profunda identidad cultural del África donde las comunidades interpretaron el pensamiento antiimperialista de Nkrumah como muy apegado a sus costumbres, y por ello, legítimo, válido y útil para el bien de sus pueblos y etnias.

Es precisamente el sentido de pertenencia social y el profundo compromiso de las ideas con el pueblo lo que constituye otro ingrediente ideológico del pensamiento antiimperialista de Nkrumah. Este vínculo presupone tres sujetos sociales que en toda revolución social profunda aparecen en la palestra social para llevarla a cabo: el líder, la vanguardia y el pueblo en su conjunto. En el pensamiento de Nkrumah hay un reconocimiento tajante de ello. “ Es esencial –dice Nkrumah al Parlamento- que el pueblo pueda ejercer libremente su sagrado derecho y obligación de manifestarse a través del voto. Por lo tanto, al propio tiempo que agradezco a la Cámara la fe y la solidaridad expresada en la moción para conferirme la presidencia vitalicia, sugiero humildemente que la forma más concluyente de demostrar este apoyo extraordinario es asegurar mi retorno y el de mi partido, el Partido de la Convención del Pueblo, al poder en las elecciones generales quinquenales” (7).

Una clara concepción de la dialéctica de estos tres sujetos sociales, y de su papel, conlleva a encontrar y definir otro rasgo más general del pensamiento antiimperialista africano: la puesta en práctica, la praxis, desde el poder gubernamental, de todas esas ideas que conforman el sistema teórico antimperialista, y es aquí donde algunas particularidades africanas revelan otros componentes que lo podrían diferenciar del pensamiento y acción del antimperialismo en Asia o en América Latina. Me refiero al asunto del poder de “los jefes” en las etnias africanas. Son estas particularidades en la composición de “la vanguardia”, tradicionalmente agrupada en torno a un Partido, en el caso ghanés, en el CPP, y las incidencias que en ella producen los diversos intereses de los líderes étnicos, con fuerte arraigo en sus pueblos lo que proporcionó al pensamiento y acción antiimperialista africano ciertas contradicciones que muchos líderes “nacionales” no pudieron eliminar, contrarrestar o neutralizar, y que en el largo plazo hicieron sucumbir sus proyectos socialistas ante el permanente y acosante embate imperialista, sobre todo, a fines de los setenta y los ochenta cuando estos proyectos socialistas africanos no pudieron recibir ningún apoyo exterior de carácter antiimperialista, salvo el ofrecido por Cuba a varios movimientos de liberación africanos.

(*) Publicado el 10/10/2009 por Causa Revolucionaria (blog de wordpress) y por la Revista del IAEDPG..

(**) Graduado de la Universidad de La Habana (1977), del ISRI (1979), de FLACSO (1984) y Doctorado en Seguridad de la Nación (IESEN-UMBV). Profesor del Seminario África de la Escuela de Estudios Internacionales de Faces-UCV desde 1996 hasta la fecha. Profesor de las Maestrías en la Universidad Bolivariana de Venezuela (Derecho Internacional Público), Instituto de Altos Estudios de la Seguridad de la Nación (Relaciones Internacionales) y del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual” (Política Exterior de Venezuela). Conferencista en instituciones de Cuba, México, Nicaragua, Brasil y Venezuela (UNEFA, Universidad Autónoma de Mérida, Seniat, MPPV, TSJ, Corpoelec, UNESR, GDC, UNEY, Universidad Autónoma de Carabobo, Instituto de Cultura de Anzoátegui, Instituto de Cultura del Estado Bolívar, Alcaldía de Tucupita, Alcaldía de Acarigua,entre otros). Analista político e internacional invitado a entrevistas en Telesur, ViveTv, VTV, Teves, ANTV, AvilaTV, Radio Nacional de Venezuela, YVKE Mundial, Unión Radio, entre otros).

CITAS

(1) Kwame Nkrumah, pag. 11, África debe Unirse, editorial Eudeba, Buenos Aires, 1965. Título de la obra original Africa Must unite, London, 1963p 11 NK). (2) Idem. pag. 9. (3) Entralgo, Armando.- Africa Política, tomo 6 de 8 tomos, p 303. (4) Idem. p 304. (5) Kwame Nkrumah, pag. 165, África debe Unirse, editorial Eudeba, Buenos Aires, 1965. Título de la obra original Africa Must unite, London, 1963. (6) Idem. p 167. (7) Idem. p 91.


Kwame Nkrumah

Por Enciclopedia Ecured

Kwame Nkrumah. Nació el 21 de septiembre de 1909 y murió el 27 de abril de 1972 político y filósofo panafricanista, fue uno de los líderes políticos de la independencia de Ghana. Desempeñó el cargo de secretario general de la recién fundada Convención para la Unidad de Costa de Oro, movimiento que abandonó en 1949 para crear un grupo político más radical, el Partido de la Convención del Pueblo (CPP). Dotó al partido de una organización y unas técnicas modernas de promoción, al organizar grupos juveniles, usar banderas y eslóganes y proveerse de un aparato de prensa que criticaba al gobierno colonial.

Sumario

    1 Síntesis biográfica
    2 Lucha por la independencia
    3 Liberación
    4 Problemas económicos
    5 Ghana independiente
    6 Culto a la personalidad
    7 Control total
    8 Su política económica
    9 Política exterior
    10 Problemas internos del partido
    11 Derrocamiento
    12 Destierro y fallecimiento
    13 Fuentes

1.- Síntesis biográfica

Francis Kwame Nkrumah nació en Nkroful, Costa de Oro, su madre era comerciante al detalle y su padre orfebre. Asistió a la Achimota School de Accra desde 1926 hasta su graduación en 1930 En 1935 se trasladó a los Estados Unidos. Allí se graduó en Economía, Sociología y Psicología mientras trabajaba en una fábrica de jabón, de camarero de barco o vendiendo pescado en la calle. En 1945 viajó a Londres para estudiar derecho, pero abandonó la carrera para dedicarse al activismo político, de izquierda y antiimperialista. Es en este último país donde participó en la fundación del Congreso Panafricano en 1945. Dos años después regresó a Ghana para desempeñar el cargo de secretario general de la recién fundada Convención para la Unidad de Costa de Oro, movimiento que abandonó en 1949 para crear un grupo político más radical, el Partido de la Convención del Pueblo (CPP). Dotó al partido de una organización y unas técnicas modernas de promoción, al organizar grupos juveniles, usar banderas y eslóganes y proveerse de un aparato de prensa que criticaba al gobierno colonial.

2.- Lucha por la independencia

El consideraba que la independencia política le trería a su país prosperidad y justicia. Uno de sus lemas era «busca primero el reino político y todo lo demás vendrá». Su popularidad crecio rápidamente, primero entre los más pobres y más tarde entre los comerciantes, oficinistas y profesores de las ciudades. Cuando tuvo un mayor número de seguidores, intensificó sus protestas y abogó por lo que denominó la «Acción Positiva», que consistía en promover huelgas, boicots, revueltas y protestas masivas. Debido a esta espiral de protestas recibió como respuesta que, el gobernador Charles Noble Arden-Clarke ordenara arrestar a Nkrumah y otros líderes políticos en 1950. En una carta a su familia, Arden-Clarke escribió que había estado ocupado "tratando con el Hitler local". Nkrumah fue condenado a tres años de prisión. Sin embargo, lejos de disminuir su popularidad, la estancia en prisión la avivó, pues los apresados fueron considerados héroes por numerosos ghaneses, y parecía muy probable que el CPP obtuviese la mayoría en las elecciones planeadas para febrero de 1951 aprobadas por Gran Bretaña como una forma de otorgar mayor autonomía a su levantisca colonia de Costa de Oro. Nkrumah se enfrentaba sin embargo a un obstáculo de cara a las elecciones, pues los convictos que habían sido condenados por más de un año no podían registrarse para las elecciones. Sin embargo, como su sentencia era de tres penas independientes, cada una de un año, consiguió inscribirse. El 9 de febrero de 1951 recibió de las autoridades penitenciarias el resultado de las elecciones. El CPP había conseguido 33 de los 38 escaños y Nkrumah había logrado su escaño con una victoria de 20.780 votos de un total de 23.122 por Accra.

3.- Liberación

En esta situación, el gobernador se enfrentaba a la difícil cuestión de liberar o no a Nkrumah de la prisión. Si se le liberaba, Nkrumah había amenazado con boicotear al gobierno colonial si no se concedía a la región la posibilidad de autogobernarse efectivamente. Si no, el CPP probablemente se negaría a cooperar, el gobierno colonial perdería lo que le quedaba de apoyo popular y previsiblemente se desencadenaría una revuelta. El gobernador finalmente se decidió por liberar a Nkrumah e invitarlo a acudir a la mansión del gobernador en Fort Christiansborg al día siguiente, donde le pidió que formase gobierno. La constitución establecía que el gobernador seguiría al mando de la policía, los asuntos externos, las finanzas, las tropas africanas del ejército y el poder judicial. Sin embargo, Nkrumah pidió a los británicos el autogobierno completo, que obtuvo en 1954. El principal problema que enfrento en sus primeros tiempos en el gobierno fue que el gobierno británico había fundado hacía varios años la Cocoa Marketing Board (CMB), destinada a proteger a los productores de cacao de las fluctuaciones del mercado, que actuaba como un único comprador, vendedor y exportador de la producción completa. Nkrumah ordenó que el precio se mantuviese artificialmente muy bajo, casi inferior a un tercio del precio que se percibía en los mercados internacionales. Su objetivo era vender la mayor cantidad posible de cacao en un plazo muy breve y así obtener rápidamente dinero para proyectos de desarrollo.

4.- Problemas económicos

El descenso en el precio de compra causó perjuicios a los pequeños y medianos agricultores, lo cual unido a la corrupción creciente del CMB por miembros del partido, provocó la agitación de los ashanti, con capital en Kumasi, y la aparición de un nuevo partido, el National Liberation Movement, que pedía una constitución federal con autonomía para los ashanti. Se sucedió una serie de movimientos violentos y explotó una bomba en la residencia de Nkrumah en Accra. Los disturbios generaron dudas en Gran Bretaña acerca de conceder la independencia al país, y decidió organizar unas nuevas elecciones legislativas en 1956 En ellas, el partido de Nkrumah obtuvo 72 de 104 escaños, aunque la participación de electores bajó hasta el 57%. El resultado convenció finalmente al gobierno británico y Ghana se independizó oficialmente el 6 de marzo de 1957.

5.- Ghana independiente

Nkrumah escogió como residencia presidencial el castillo de Fort Christiansborg, la antigua residencia del gobernador colonial británico, un lugar que en el pasado había servido para la trata de esclavos, y que los servidores presidenciales consideraban como embrujado, lo cual le distanció de sus conciudadanos. Sin mayores intereses que los deportes, la comida o la comodidad, Nkrumah decía dedicarse exclusivamente al trabajo. Según su confidente y secretaria personal Erica Powell, Nkrumah desconfiaba de sus colegas y vivía una existencia solitaria. Tenía la intención de convertir Accra en una base política y económica para la independencia de todo el continente africano. En 1958 organizó una conferencia para promover la revolución pacífica africana, a la que asistieron 300 representantes, entre los que se encontraban Julius Nyerere, Joshua Nkomo, Kenneth Kaunda, Hastings Banda, Patrice Lumumba, Amílcar Cabral, Holden Roberto y Tom Mboya.[8] Nkrumah alegaba en sus escritos que creía en un socialismomoderado para África, sin negar las ventajas de algunos aspectos del sistema de producción capitalista, si bien siempre fue un firme oponente del imperialismo occidental. Su plan para desarrollar la economía africana era industrializar la región, de forma que se redujesen las importaciones y la balanza de pagos mejorase. Consideraba que el socialismo tenía el potencial de operar un rápido crecimiento en África, pues Nkrumah estaba impresionado por la experiencia de desarrollo industrial rápido ocurrida en la URSS y en los países socialistas europeos, así como por el estado de bienestar. Además, juzgaba que la forma de vida tradicional en África reunía muchas similitudes con el socialismo. Nkrumah se consideraba una suerte de líder inspirado que convertiría a Ghana en una verdadera potencia y un ejemplo de Estado moderno, mientras se transformaba al continente africano en una fuerza política y económica comparable a los Estados Unidos y la Unión Soviética. Acuñó un nuevo término de doctrina política, el nkruhmahismo, que designaba una ideología bastante personal que nunca estuvo claramente definida. El Instituto Kwame Nkrumah, que él fundó, era el responsable de difundir esta ideología, y según anunciaba «El nkrumahismo es la ideología de la Nueva África, idenependiente y absolutamente libre del imperialismo, organizada a escala continental, fundamentada en la concepción de la África Una y Unida, que obtiene su fuerza de la ciencia y la tecnología modernas y de la creencia africana tradicional de que el libre desarrollo de uno mismo está condicionado por el libre desarrollo de todos».

6.- Culto a la personalidad

Ghana desarrolló pronto un gran culto a la personalidad de Nkrumah. Los diarios elogiaban a su líder y frecuentemente lo describían como el hombre capaz de transformar a Ghana, a África, y al mundo entero. Asumió informalmente varios títulos con nombres como Hombre del Destino, Estrella de África, Su Alta Dedicación y sobre todo Osagyefo, traducible como «victorioso en la batalla» o «redentor». Por otra parte, se intensificó su soledad y desconfianza en su entorno, según Erica Powell. En su aislamiento, se rodeó de aduladores que sólo le decían lo que él quería oír. El 30 de diciembre de 1957 contrajo matrimonio con la egipcia Fathia Rizk, esposa que había pedido al presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser, una mujer a quien no había visto hasta el día de su boda, y solo hablaba francés y árabe, lenguas que Nkrumah desconocía, en una ceremonia íntima que mantuvo en secreto hasta el mismo día de la boda. En 1960 Nkrumah promulgó una nueva Constitución por la que Ghana pasaba a ser una república que podía gobernarse fácilmente, pues se otorgaba al presidente la facultad de emitir decretos sin necesidad de aprobación del parlamento, rechazar gran número de decisiones parlamentarias, y destituir prácticamente a cualquier funcionario del Estado sin procedimiento previo. También se otorgaba al régimen el control de los medios de comunicación. En 1961 el mostrar «falta de respeto a la persona del jefe de estado» pasó a ser considerado una falta criminal.

7.- Control total

Subordinó otras instituciones al CPP, de forma que en la práctica el partido tenía fuerte influencia sobre organizaciones tan variadas como la Brigada de los Trabajadores o el Consejo de las Mujeres de Ghana. El obispo católico de Accra fue expulsado del país por mostrar su desacuerdo con la politización de los grupos juveniles. El CPP se tornó en un partido con grandes tensiones internas a causa de la disparidad de intereses entre sus integrantes (de muy diversa extracción política) y la corrupción causada por quienes se integraron al partido buscando metas puramente personales. El secretario general del partido, Tawia Adamafio, lo describió una vez como «un monstruo aullante amenazando con arruinar la nación entera». Nkrumah prometió acometer el problema de la corrupción de los altos funcionarios y para ello creó un comité que investigaría la procedencia de los bienes de los miembros del partido. En la práctica, sin embargo, sus resultados no se publicaron y la élite del partido siguió igual de corrupta. Por otra parte, Nkrumah construyó gran número de valiosoas obras públicas: muchos hospitales, colegios y carreteras, y un sobre todo el gran complejo hidroeléctrico en el río Volta. Su entusiasmo a la hora de construir infraestructuras, sin embargo, atrajo a empresarios extranjeros quienes descubrieron que una idea ambiciosa y un soborno podían granjearles cuantiosas concesiones gubernamentales. Así se construyeron por ejemplo enormes y costosos silos para el cacao, para descubrir más tarde que eran inutilizables.

8.- Su política económica

La crisis del cacao de 1961, por la que su precio en los mercados internacionales cayó en picado, enfrentó a Nkrumah a dificultades. Para asegurar un flujo de rentas al Estado se introdujo un notable aumento de los impuestos, y los trabajadores ferroviarios y portuarios se declararon en huelga. Como represalia, Nkrumah los arrestó y los apresó sin juicio al amparo de una norma dictada en 1961 por la cual prácticamente todos los movimientos obreros y sindicales precisaban de la autorización presidencial previa para protestar, bajo pena de cárcel por entorpecer el desarrollo industrial de la nación. También arrestó a políticos rivales y realizó purgas en su propio partido. Los jueces de estos procesos fueron nombrados por el propio Nkrumah. Tras viajar a la República Popular China y a la URSS en 1961, Nkrumah decidió crear compañías operadas por el Estado ghanés. En 1966 había creado más de cincuenta de estas corporaciones, en su mayoría mal gestionadas e ineficientes. La deuda externa creció, oficialmente, hasta los 349 millones de libras esterlinas en 1963, aunque los datos precisos se desconocen. La política agraria tampoco obtuvo buenos resultados. Ciertamente el régimen destinó muchos recursos a la mecanización de la aún atrasada agricultura pero sin prestar oídos a las necesidades de los campesinos respecto al precio que se pagaba por los productos de la tierra. Por otra parte, el porcentaje de los ingresos obtenidos de la venta de cacao que recibían los productores pasó del 72% en 1960 al 41% cinco años más tarde. Las compañías agrarias estatales registraron pérdidas. Teniendo en cuenta que a su llegada al poder Costa de Oro era una de las colonias británcias más ricas de África, la gestión económica de Nkrumah fue muy mala. En 1963 el nivel de vida de los trabajadores no cualificados había descendido hasta el nivel de 1939. Entre 1960 y 1966 el salario mínimo se había reducido a la mitad sin que ello se compensara con una reducción del costo de vida. En 1963, las reservas del estado descendieron por debajo del medio millón de libras.

9.- Política exterior

Por otro lado, los proyectos de Nkrumah para hacer de Ghana una pieza clave del Movimiento de Países No Alineados y de unificar África en un solo proyecto político también fracasaron. Cuando en 1963 propuso en una conferencia de líderes africanos que apoyaran una declaración por la que se mostraban partidarios de la unión de estados africanos bajo la guía de Ghana prácticamente nadie apoyó seriamente su propuesta. Tuvo disputas con Julius Nyerere, presidente de Tanzania, a causa del plan de este último de crear una federación de estados africanos orientales, pero con los líderes partidarios del socialismo africano (lo que contradecía al socialismo científico preconizado por Nkrumah) y agregar en esa federación a los estados francófonos, a los que Nkrumah consideraba aún satélites de la Franciacolonial. Además, Nkrumah apoyó a las guerrillas de Togo, Costa de Marfil, Alto Volta, Nigeria y Níger que comulgasen con sus teorías de la unidad africana. El intento de asesinato de Sylvanus Olympio, presidente de Togo, por uno de estos grupos, le puso en dificultades diplomáticas con otros países africanos. Sus campamentos de entrenamiento de disidentes de otros gobiernos contaban con el asesoramiento de expertos chinos y de la Alemania Oriental. Fruto de estas actividades fue el intento de asesinato del presidente de Níger, Hamani Duariori. A pesar de los fracasos, Nkrumah se involucró en varios conflictos internacionales para ejercer de mediador, como en el conflicto entre la República Popular China y la Unión Soviética, o la situación en el Congo y Rodesia. En ninguno de estos casos fue aceptada su mediación, aunque creó una importante red diplomática con cincuenta y siete embajadas de Ghana a lo largo del planeta. Respecto a sus problemas internos, Nkrumah los atribuyó al imperialismo y a conspiraciones internacionales.

10.- Problemas internos del partido

Su suspicacia hacia otros miembros del partido siguió acrecentándose, especialmente a raíz del intento de asesinato contra su persona, que acabó con el arresto de Adamafio y dos ministros. El veredicto del juez fue de inocencia, pero Nkrumah lo destituyó y cambió la ley para poder participar en los juicios de interés nacional. En el segundo juicio fueron hallados culpables y sentenciados a cadena perpetua. Cuando en 1964 volvió a sufrir otro intento de asesinato Nkrumah sospechó de la policía, la desarmó, y se rodeó de una guardia armada proveniente exclusivamente de su región natal y entrenada por agentes soviéticos. En 1964 Nkrumah organizó un referéndum para transformar el régimen en unipartidista. La prensa gubernamental advirtió veladamente que se tomarían represalias contra quién no votase o hiciera campaña activa contra el gobierno. Se tomaron otras medidas, como la ausencia de ranuras en las urnas del «no». De esta forma Ghana pasó a ser un régimen unipartidista. Además, Nkrumah concentró más y más poder en su persona. Nkrumah dedicó 10 millones de libras esterlinas a la construcción del complejo llamado «Job 600», dedicado a albergar la conferencia de jefes de estado africanos en 1965 y con vistas a convertirse algún día en la capital de la Unión Africana. Sin embargo, las tensiones políticas entre Nkrumah y otros jefes de estado hicieron fracasar esta conferencia. De los 36 países invitados asistieron 28, pero de estos solo 13 eran jefes de estado y el resto representantes de menor rango. Además se rechazó la petición de Nkrumah de crear un subcomité para estudiar la unión de África.

11.- Derrocamiento

Sus intentos de infiltrar espías en el ejército nacional, de hacerse con su control de forma personal y la gran diferencia de salario y equipamiento de los soldados comunes comparados con su guardia presidencial provocaron graves tensiones con el ejército, que mayormente lo había apoyado. El 24 de febrero de 1966, mientras se encontraba de viaje en Pekín para tratar de mediar en la Guerra de Vietnam el Ejército se rebeló, presuntamente con apoyo de Estados Unidos y puso fin a su gobierno en un golpe de Estado incruento.

12.- Destierro y fallecimiento

Nunca volvió a Ghana, pero continuó trabajando en pos de la unificación africana. Vivió exiliado en Conakry, en la vecina Guinea, como huésped del presidente Ahmed Sékou Touré, que le hizo co-presidente honorífico del país. Allí leía, escribía y recibía a los huéspedes. A pesar de retirarse de los asuntos públicos, vivía asustado por las agencias de inteligencia extranjeras que querían eliminarle. Cuando su cocinero murió temió que pudieran asesinarlo, y comenzó a amontonar comida en su habitación. En agosto de 1971, enfermó, viajó a Bucarest, capital de la entonces República Socialista de Rumanía, para recibir tratamiento médico. Allí murió, el 27 de abril de 1972, de cáncer de piel, a los 62 años de edad.Se le construyo un memorial en Accra.

13.- Fuentes

Biografía " Kwame Nkrumah ". Disponible en Biografías y vidas. Consultado: 3 de marzo del 2014.
[1] Consultado el 3 de marzo de 2014.